¿Y qué tal si descansamos?

 No sé de quien escuché una vez una frase que reza: descansaré cuando esté muerto...

Y siempre me quedó clavada a fuego en mi mente, cada vez que alguien me decía pero ya está bueno déjalo para mañana y descansa, a lo que yo respondía "NO, ya descansaré cuando muera". Y es que soy de esas mujeres "incansables" y que siempre está dispuesta a hacer más hasta lograr el objetivo que se proponga. Pero, vamos que no todo a la vez y no todo es igual de importante.

Nunca es demasiado, nunca es suficiente, siempre buscando algo mejor y más, pero resulta que lo que creía era normal y bien para mí, muchas veces me estaba matando lentamente y si, precisamente descansaría cuando muera, porque si seguía a ese ritmo lo más probable es que el momento estuviera cerca.

Estamos en una era, ahora más que nunca, en la que andar de prisa es lo normal, ser multitarea es necesario y creemos que somos dueños del tiempo cuando él se adueña de nosotros. 

Estamos presos en un sistema que no nos deja vivir, que cuando creemos que ya podemos descansar algo nuevo aparece y que cuando somos cuadriculados sufrimos el doble, porque esta vida se trata de amoldarse y de saber que la vida es hoy y que cada momento importa.

Cuando dejamos que se nos pase la vida en una carrera, cuando no respiramos, no paramos en detalles, pensamos que mañana ya está aquí y que ayer se nos fue sin que probablemente terminamos la tarea, la desesperanza y la ansiedad nos golpea la puerta.

Y este ciclo que creemos irremediable se mantiene sin que nos demos cuenta, para acabar en el precipicio desesperados y sin aliento, pensando que no somos buenos, no somos suficientes. ¿Quién para la rueda? ¿Qué esperamos para soltar y vivir el ahora? No se trata de perder el tiempo, pero si se trata de vivir el presente.

Despertar no es fácil pero tampoco imposible, creo que debemos sentirnos más y allí nos daremos cuenta de cuando es momento de parar. 

Nadie puede darnos las respuestas que tenemos dentro, nadie debe decidir por nosotros. 

Ser valiente, fuerte e imparable también es saber cuando detenerse y descansar. 

Un abrazo y hasta la próxima reflexión...